El verdadero problema en 50 Sombras de Grey

Sí, lo acepto desde mi esnobismo adolescente, yo fui una de esas 31 millones de personas –supongo que serán más porque yo me la leí pirata, I’m so sorry Grijalbo- que cayó en las garras de E.L. James, esa inglesa que se creó un fanfiction erótico basado en la saga Crepúsculo y que se convirtió en un bestseller mediocre conocido hoy por todos como: 50 Sombras de Grey.

Así es que como caí en las garras de la literatura mediocre y me gustó, puedo hablar con los pelos en la mano y contarles varias cosas que deberían tener en cuenta antes de revelarles cuál es el verdadero problema o la verdadera genialidad en torno a la trilogía 50 Sombras de Grey. Enlisto:

  • Dejen el esnobismo a un lado y acéptenlo. Desde el principio E.L. James escribió un bestseller, no hay pa’ más. No hay recursos literarios fascinantes, metáforas, nada de eso. Es repetitivo, cacofónico, burdo. Esta es una obra realizada para recaudar, un estudio de mercado para vendernos Audis, juguetes sexuales, parajes americanos, estilos de vida, literatura clásica inglesa, etc.
  • Tanto en el libro como en la película, el tema del sadomasoquismo es bastante light, de hecho, en la película es tan light que llega a ser risible, así que no estoy nada de acuerdo con que mujeres líderes de la viralidad vengan a decir que esto es maltrato contra la mujer. No, ni en el libro ni en la película se plantea así. El personaje femenino tiene libertad para elegir y el personaje masculino entiende de límites, así que trasladar eso a la trata de blancas o a la violencia doméstica, es, simplemente, absurdo.
  • En cuanto a la falsedad de los orgasmos –crítica que deja mucho que decir de quiénes la hacen-: sexólogos revelan que sí existen orgasmos que se den previos a la penetración, orgasmos rápidos, orgasmos con dos embestidas del pene o con el simple roce de los pezones. No es que sea algo cotidiano, pero no imposible. Así que señoras y señores preocúpense porque tener buen sexo antes de sacar su resentimiento sexual a flote.

50 sombras de Grey

  • Ciertamente la estrategia de marketing de la película, nos vendió más. Fue publicidad engañosa, ni la polla-verga-pene de Jamie Dornan sale, ni hay penetración explícita, ni bondage, ni nada, quizás una que otra conversación sucia de esas que se pueden tener hasta por whatsapp y levantar la libido. De igual forma sepamos algo: esto está hecho por Hollywood, por lo tanto, la pacatería le va y más aún si para vender más, debes ser pacato.
  • Lo imperdonable –no tanto como no mostrar a Dornan desnudo frontalmente- es la vaga participación de los personajes secundarios, además de recortar escenas del libro que en la película no se entienden si no te has leído la saga, no hay una construcción de los personajes dentro de la trama. Sam Taylor-Johnson correctamente eliminó la horrorosa y reiteraiva voz de narrador del personaje de Anastacia Steele que aparece en el libro pero también se llevó la construcción de los personajes secundarios. Ciertamente, pensándolo ahora fríamente, quizás pueda ser otra estrategia de ventas para seguir acumulando millones en ventas editorial, ¿no?
  • Es mejor Crepúsculo escuché por allí. También vi un video de tres estrellas porno haciendo ver a 50 Sombras de Grey como algo banal argumentando que más real era ver pornografía. Escupir para arriba siempre estará de moda.

memes 50 sombras de grey

Estos seis datos engloban toda la crítica que he visto en las últimas dos semanas e incluyen mis cortas críticas a la película y al libro. Sin embargo, lo más preocupante es lo que no se ve. Eso que está entre líneas y que no había visto hasta ahora: ¿por qué se han vendido 37 millones de libros? ¿Por qué la masculinidad tradicional sigue evocando fantasía?

Sabemos que todo bestseller -como comenté en el punto 1-es un estudio de mercado, que en este caso se basó en proyectar todas las fantasías femeninas en un solo hombre que incluía buen sexo, dinero, belleza y un final feliz, donde ella, Anastacia Steele, logra rebautizar a Christian Grey quitándole sus 50 sombras: del sadismo resentido al amor verdadero.

Pero ¿por qué las mujeres estamos necesitadas de estas idealizaciones en la actualidad? Revisitando, podríamos decir que la sociedad actual nos ha brindado hombres menos proactivos, excitantes, fieles o simplemente los cambios sociales de la era digital nos ha inculcado a amar la expectativa antes que la realidad, a amar la perfección irreal antes de lo natural. Desde Tinder,  el photoshop o hasta Madonna intentando lucir joven a los 60, nos brindan esas luces.

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¿Por qué querer al hombre perfecto es vivir dentro de la expectativa? Ciertamente la mujer como ser animal está configurada para estar con un hombre, ese que la fecundará, protegerá y velará por ella y su familia. Todas estas características están claramente dentro del personaje masculino de la trilogía y son completamente reales. Sin embargo, la representación adornada del Grey controlador, adinerado, joven, buenorro y salvador de los niños hambrientos del África, lo hacen un personaje masculino irreal, idealizado.

Es así cuando esta valoración irreal de lo masculino me recuerda al médico y físico Hermann von Helmholtz, quien enunció un concepto al que llamó “inferencia perceptiva inconsciente” o traduciendo al lenguaje coloquial, como una manifestación en la que rara vez nuestro cerebro ve algo distinto de lo que estamos predispuestos a ver, o siendo más claros aún, constatando que nuestra visión del mundo está determinada por nuestras expectativas y lo que conocemos. Es así que para la mujer post lucha feminista, este ideal de hombre es atractivo, porque como no puede pactar con su igual, necesita hacerlo desde la competencia, en ese juego ideal de dominación con el otro.

Es así como mi real crítica no es al libro, a la película, a Sam y a Jamie por no exhibir más, es hacia nosotros mismos, por dejar llevarnos por la comparación, las expectativas y lo establecido, viviendo sin tener un pensamiento flexible que no solo tiene que ver con las inclinaciones sexuales o literarias, tiene que ver con querer algo que no existe, por vivir en una sociedad que aplaude a los que logran sus sueños pero que nos frustra si no actuamos con mente flexible para lograrlos. Es así como 50 Sombras de Grey es el mayor hartazgo y al mismo tiempo, la mayor medicina, porque solo al golpearnos con algo novedoso es cuando tu psique logra invalidar esa tendencia idealista creada por la expectación de lo establecido.

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